I
…Un sobre de azúcar en mi café que humea de cada mañana antes de comenzar un nuevo día en el trabajo, ese tan odiado y amado trabajo, en el que me convierto en una pieza mas de ese engranaje de afuera que llaman “sociedad”, un sonido de caja registradora me saca del pensamiento.
-Serian 30 por el café y por 5 mas le obsequio una galleta grande del mostrador –menciona la chica haciendo la seña a la galleta.
De mi bolsillo saco dos billetes y en la habitación se escucha ese irritante sonido de su goma de mascar, le tiendo mi mano cuando noto ese olor a perfume de rosas tan ligero impregnado en sus ropas que catapulta un recuerdo y una ligera sonrisa en mi rostro.
-Su cambio señor…
Reacciono, deja las monedas en el mostrador mientras no pierdo de vista sus brillantes y cafés ojos
-Gracias le atendió Andrea, espero vuelva pronto
Asiento- siempre vuelvo y ella ya lo sabe- una mirada a su pronunciado escote que hace que sobresalga la etiqueta de su nombre, una sonrisa más y me doy la vuelta para tomar mi abrigo; risillas y chismorreo de ella y su compañera, un suspiro y abro la puerta para volver al crudo frío invernal de la calle.
Nada ha cambiado desde que regrese hace 2 meses, las calles son las mismas, los autos son los mismos, la gente es la misma, el ambiente y el aura de los transeúntes es incluso lo mismo, lo triste es que incluso la ciudad como la gran mole de hierro, la que parecía tener vida cuando era joven, ahora parece marchita y vieja.
Me acerco a mi auto y posiciono el café en el techo, mientras busco en mi abrigo las llaves, siento un ligero golpe por detrás.
-Olvido su galleta señor… -Una excusa para hablarme, mira por encima de mi hombro al auto y de vuelta a mi de manera lasciva – Es suyo ¿no es así? Siempre le veo de aquí para allá, pero siempre solo – Me extiende un papel - Tome por si algún día quiere conversar con alguien y ya sabe ir a tomar algo por ahí – me tira una sonrisa que dice mas que cien palabras, se da la vuelta y se retira sin dejar de verme, lo que parece una victoria a su favor.
Sonrío para mi, que chiquilla tan atrevida cuantos podrá tener ¿21 o 22?, saco las llaves del abrigo y guardo el papel para tomarlo en cuenta cuando me sienta miserable o solitario y quiera parecer extravagante en un bar, abro el auto, pongo el café en su soporte y muerdo la galleta mientras enciendo el auto y me preparo para incorporarme a la rutina de los días de invierno.
Principio de una historia entre sueños y escritos en mi verdad, los nombres son parte del sueño o simplemente nombres que me gustan. Comenzo a escribirse durante el 2010, sin mas...
Recomendacion musical: http://www.youtube.com/watch?v=_MM_Q0nfaG0
^^ Awn, que bonito! ya nos podemos firmar y le cambiaste el fondo, se ve más guay :P
ResponderEliminarEste escrito me gusta mucho!